Castilla-La Mancha atesora auténticos paraísos naturales para quienes buscan el descanso, el sosiego, la meditación y la tranquilidad. En estos lugares el tiempo parece detenerse, embriagado por la belleza del entorno. El viajero que decida visitar alguno de los parques naturales y nacionales que se esconden en la región deberá dejar a un lado la velocidad, las prisas y las masificaciones. Aquí, lo realmente importante es observar el paisaje con calma y detenimiento. Pero estos espacios también representan el lugar ideal para practicar deporte, observar el entorno y para establecer la armonía entre el hombre y la naturaleza
Uno de los lugares más impresionantes que pueden visitarse dentro de la geografía regional es el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, que emerge, altivo, en medio de paisajes de montaña y que representa el lugar ideal para establecer un contacto pleno con la naturaleza, recorriendo sus senderos y descansando en sus pueblos negros y dorados.
Este espacio natural sobresale por la gran variedad climática que aparece dentro del territorio, circunstancia que permite la existencia de formaciones boscosas naturales muy diversas. Dignas de mención son también su fauna y su flora, tal y como se destaca en el Plan de Ordenación de Recursos Naturales aprobado.
Pero si por algo es admirado el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara es por su impresionante paisaje que no tiene parangón, y que incluye zonas de montaña únicas. Sobresalen las poblaciones encuadradas dentro de la denominada ‘arquitectura negra’ debido a la utilización de pizarras y cuarcitas, y que son un elemento del patrimonio cultural de prioritaria conservación.
Sin abandonar la provincia de Guadalajara, el viajero quedará cautivado por los encantos de la Alcarria Alta de Guadalajara, muy cerca de la monumental e histórica ciudad de Sigüenza, y en donde quedará sorprendido por la belleza del Parque Natural del Barranco del Río Dulce, donde el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente trabajó y grabó algunos de sus documentales.
Este parque puede recorrerse a lo largo de un sendero señalizado, el GR-10, que sigue el curso del río Dulce entre los pueblos de Pelegrina, La Cabrera, Agarosa y Mandayona. En Pelegrina y en Mandayona, no hay que dejar de visitar los Centros de Interpretación del parque.
Los paisajes formados por los bosques y por los pueblos integrados en el Parque Natural del Barranco del Rio Dulce a nadie dejarán indiferente. Dentro de los roquedos de las paredes del barranco se puede avistar buitres leonados, águilas reales, halcones peregrinos y chovas pequirrojas, mientras que, en las riberas garzas y ánades reales, el martín pescador y la lavandera cascadeña.
La visita bien puede terminar en la vecina y cercana Sigüenza, una población con un impresionante patrimonio cultural y en donde el románico alcanza su máxima expresión en las iglesias de Jodra, Saúca y Pelegrina, contando ésta última con un maravilloso castillo. No en vano, Sigüenza se ha ganado por derecho propio el ser uno de los pueblos más bonitos de España.
Desde La Cabrera parte un sendero de 1,5 Km, apto para personas invidentes (Ruta adaptadas para invidentes del Parque natural del Barranco del Río Dulce).
Dentro de la provincia de Guadalajara hacia el Este, el visitante también podrá recorrer los senderos, y descubrir su impresionante patrimonio geológico (Geoparque comarca de Molina), así como disfrutar del otoño en los extensos bosques de pinos y los coloreados bosques de ribera del Parque Natural del Alto Tajo, para continuar sin parar hacia el Sur en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca), a un paso de la ciudad de Cuenca. Sus bonitas y bien conservadas áreas recreativas, miradores y senderos invitan al recorrerlos en familia.
El excelente grado de conservación del Parque Natural del Alto Tajo, permite al viajero disfrutar de las aves rapaces, micromamíferos, reptiles, anfibios y toda clase de peces. Este espacio mágico constituye además un marco ideal para la contemplación. De hecho, este paraje sirvió de inspiración al escritor José Luis Sampedro en su novela ‘El río que nos lleva’, que narra el trabajo realizado por los gancheros en el río Tajo.
El Parque Natural del Alto Tajo reúne numerosas áreas recreativas como el ‘Barranco del Hoz’, la ‘Casa Forestal del Corduente’, el ‘Cerrillo Herrero’, ‘El Angosto’, la ‘Fuente de los Vaqueros’ y ‘La Fuente del Berro’, por citar algunas de las más representativas, aunque su número supera la veintena.
Digno de mención es también el Parque Natural de la Serranía de Cuenca, un lugar que destaca por sus masas forestales, entre la que predominan los pinares, así como por su diversidad florística, geológica, geomorfológica y faunística.
Pero no hay de dejar pasar por alto las hoces y cañones que se forman en la zona, así como los lapiaces y relieves reuniformes denominados localmente como tormagales o ciudades encantadas, que alcanzan su máxima expresión en la Ciudad Encantada de Valdecabras y Los Callejones de Las Majadas.
Los aficionados a las setas, disfrutarán especialmente en estos parques, debido a la diversidad que se pueden encontrar durante este periodo otoñal. Pero el cielo de la Serranía de Cuenca, también es especialmente atractivo para la observación astronómica. No en vano, ha sido certificado como destino Starlight (Astroturismo Castilla-La Mancha).
En Albacete, las espectaculares formaciones hidrogeológicas y su flora especializada y endémica, del Parque Natural de los Calares del Mundo y la Sima, entre las Sierras de Alcaraz y Segura. Destaca el complejo de la Cueva de los Chorros y el Nacimiento del Rio Mundo. El parque se puede recorrer por su extensa red de Itinerarios interpretativos del Parque Natural de los Calares del Mundo y la Sima .
La orografía que presenta el Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, con los Calares en la zona central dividiendo el territorio en una serie de valles o cuencas, obliga a circunvalar las sierras para acceder a todos sus rincones. Para recorrer el Parque, debido a su extensión, lo ideal es organizar los recorridos por zonas, que corresponden a las distintas cuencas o valles delimitados por las cumbres.
Por su parte, entre Albacete y Ciudad Real, a medio camino de las dos provincias, emerge un humedal manchego donde puede observarse un magnífico atardecer con las aves. Se trata del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, un espectacular complejo húmedo compuesto por una serie de lagunas encadenadas que desaguan una sobre la otra, a través de las denominadas “barreras tobáceas”. En su Centro de Interpretación, te informarán de sus siete itinerarios interpretativos (Visita y disfruta Las Lagunas de Ruidera).
El encanto de estos humedales no tiene parangón en Europa. Y es que resulta poco común encontrar un espacio de estas características en medio de un paisaje como el de La Mancha. Por ello, no es de extrañar que llame la atención y que permanezca en la retina de todos aquellos que la visitan.
Continuando por territorios de Ciudad Real, concretamente al Sur de esta provincia, aparece entre los valles y paisajes ganaderos del Valle de Alcudia y los extensos bosques mediterráneos y pinares que conforman la Sierra Madrona, el Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, donde el viajero podrá toparse con el rastro del lince ibérico, del águila imperial entre un sinfín de fauna amenazada; cielos limpios para la observación astronómica, reconocido por el destino Starlight; y además el parque conserva una extraordinaria representación de pinturas rupestres (Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona).
Definido por un excepcional Patrimonio natural, histórico, cultural y social, este territorio destaca por su patrimonio arqueológico; por su impresionante patrimonio de arte rupestre esquemático, conocido a nivel mundial; así como por su patrimonio cultural; minero (que vertebra la comarca); de trashumancia; natural y forestal.
Aprovecha un invierno húmedo para disfrutar de la invernada de las aves en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, es de visita obligada su Centro de Visitantes “Molino de Molemocho”. Desde su aparcamiento, se podrá iniciar sus tres itinerarios autoguiados.
Las Tablas de Daimiel son un humedal único en Europa. En concreto, es el último representante del ecosistema denominado tablas fluviales. Se trata de un complejo ecosistema que mezcla las características de una llanura de inundación, producida por los desbordamientos de los ríos Guadiana y Gigüela en su confluencia.
Por su parte, entre las provincias de Toledo y Ciudad Real, aparece el Parque Nacional de Cabañeros (Parque Nacional de Cabañeros), que es conocido por su riqueza geológica, faunística y botánica, fuera ya de la época de la berrea del ciervo.
Aquí sobrevive intacto el gran bosque mediterráneo de Europa, donde el visitante aún puede verse rodeado de la fauna ibérica más amenazada y ver fósiles de más de 500 millones de años de antigüedad. Lugar ideal para llevar a los niños a realizar un safari fotográfico en plena naturaleza. (Visita y disfruta el Parque Nacional de Cabañeros)
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